Que se quite el sábado noche cuando nos podemos encontrar una buena camisa de cuadros con percha incluida. ¡Ay omá! Es increíble lo que hace la publicidad, lo que hacen las revistas y los anuncios, es increíble que se nos active un radar de chulazo en proximidad cuando observamos una camisa de cuadros, tipo leñador, da igual el color, y el contexto, puede que la sensualidad la haga la persona y no la prenda, pero está claro que hay prendas que llaman más que otras.

De esta manera, el ¡Ay Omá! no está demás, las mujeres asociamos las camisas leñador con hombres atractivos, seguros de si mismos y capaces de comerse el mundo, lo dicho: atracción máxima. Y lo vuelvo a decir, nos manejan como a corderitos que siguen a su granjero hasta la muerte, todo está relacionado.
Pero la moda masculina traspasa sus límites, y después de haber experimentado con los vaqueros de tu novio, con las americanas masculinas y los sombreros, las mujeres volvemos arriesgándonos e igualando el marcador, porque somos tan versátiles, que lo mismo nos da con una minifalda que con una camisa de leñador, atrévete a sacar tu lado más granjero y déjales a todos a cuadros.
Fotografías: Google imágenes
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